“Nunca tengo suerte”
“Soy incapaz de hacer…”
“A mí no se me da bien …”
“Me resulta totalmente imposible…”
“Yo no puedo…”
¿Te suenan? ¿Cuántas veces las has oído? ¿Y cuántas te las has dicho?
Fíjate, si crees que una cosa, acción o actividad, es imposible, que no hay nada qué hacer, va a resultar muy difícil conseguirlo, ¿verdad?
Y si te preguntas, ¿por qué tal persona sí tiene esa suerte o sí puede conseguirlo? Simplemente, porque ha creído que sí lo podía lograr.
Se calcula que tenemos unos 70.000 pensamientos al día, la mayoría negativos, muchos se repiten, muchos son distorsiones de la realidad, y algunos de ellos nos limitan para poder lograr nuestras metas.
Muchos de nuestros pensamientos son creencias, que instalamos o bien por haber convivido con ellas desde pequeños o por haberlas incorporado en nuestra vida por alguna vivencia u opinión.
Y, ¿por qué hemos llegado a creer que son verdad? Porque son una percepción de la realidad, es algo que no es cierto pero como sí que lo es para nuestra mente, y eso es lo que nos vale, lo damos por bueno.
Identificar estas creencias limitantes es el primer paso para poder conseguir todo lo que te propongas, sin frenos.
Para ello, piensa en una situación, actividad o pensamiento que quieras mejorar. Por ejemplo, “me gustaría disfrutar viajando pero soy incapaz de irme solo de viaje”.
Ahora, cuestiónala, ¿qué ganas con ella?, ¿qué pierdes?, ¿en qué acciones o situaciones concretas te basas para saber que eso es así?, ¿para qué te sirve?, ¿quieres seguir conservándola?
Y una vez tengas claro que ya no quieres seguir manteniendo esa creencia pasa a la acción.
Te voy a proponer empezar con la que a ti te resulte más sencilla, con la que quieras dejar atrás, con la que te gustaría tirar literalmente a la basura.
¿Si? ¿La tienes?
Escríbela en un papel, piensa que eso que está ahí escrito es lo que realmente quieres eliminar, concéntrate en esa idea, arruga el papel notando como puede ir desapareciendo también en tu mente, y tira ese papel a la papelera o basura.
Comprueba, cerrando los ojos, si la idea perdura en tu mente, si todavía la tienes presente, intenta hacer lo mismo que has hecho físicamente, mentalmente, arruga esa frase en tu mente y
deshazte de ella, puedes imaginarla alejándose, en tu propio espacio mental o incluso fuera, puedes imaginar tirarla en una papelera también, puedes imaginar prenderle fuego y soplar las cenizas que quedan…
La manera de alejarla o destruirla mentalmente siempre estará bien elegida precisamente porque es tu elección, la intención es que de una manera u otra desaparezca.
Este último paso puedes repetirlo las veces que consideres necesarias hasta que consigas destruir totalmente esa primera creencia que tenías.
Espero que me hagas llegar una lista de las nuevas creencias en positivo de las que aquí y ahora puedes disfrutar.
